Stephen Kendrick, co-guionista de la película, declaró que cuatro de cada diez matrimonios terminan en divorcio y más de un tercio de todos los niños viven lejos de sus padres biológicos. En base a esto, Kendrick aseguró que Dios lo había llamado por medio de esta nueva película a animar a los padres a tomar el papel de liderazgo espiritual que les corresponde en sus hogares.
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